La sabia naturaleza

Poema

El mundo de las ideas,

el de los sabios y los que alardean,

cuando tenemos la naturaleza que nos enseña.

Construimos castillos, edificios, piedras unidas

imitándola a ella,

no inventamos nada que ella no tenga,

las flores, árboles y hasta la más pequeña idea,

se antoja por mirar primero lo que te rodea;

que si lo miras con detenimiento,

con tiempo y con los ojos del alma,

descubres que eso es cierto

y en tú mente vas reconociendo.

Hasta en el interior de los mares

caracolas que aún saliendo de su elemento

siguen cantando ese sonido agradable.

Como la lluvia que replica en tú ventana;

llamándote a quedarte quieta y observarla

humedeciendo de renovada frescura

y oliendo la tierra mojada

¡aroma mejor no han puesto!.

La blanca nieve con sus copos cayendo

levemente al suelo

sin ruido, en silencio

¿quién no adora ese paisaje?

blanco puro;

como esas nubes de algodones

que decoran este techo

adivinando figuras que no las ha creado nadie.

Esos otoños dorados de cambio de colores;

que mueren por un tiempo

para tapizar con las hojas de los árboles

alfombras de colores agradables.

La rompedora primavera que renace la vida;

mostrando múltiples colores,

corriendo el agua a raudales

llenando los ríos sus caudales

y saltan las ranas de hoja en hoja hasta que se cansen

y de alegría cantan los aves,

revoloteando con suma elegancia

surcando los cielos con facilidad envidiada.

Hasta ese verano seco, caluroso y reposado

que nos sumerge en las aguas para refrescarnos.

Lo que nos parece malo;

esos vientos huracanados también tienen su trabajo

y es sembrar semillas en la tierra que está esperando

para que el mes de las lluvias

abril, dicen que es

las riegue a cántaros.

Todo tiene una explicación;

los hombres no queremos aceptar que ella es sabia

y rompemos esquemas que dañan

el envoltorio de la belleza

rompiendo hasta sus profundidades todo lo que representa

pero, nos gana en sapiencia

y todo lo que le arrebatamos

vuelve a su ciclo exacto,

nadie puede lograr que sea esclava,

tarde o temprano ella...

siempre es la que manda.
CARLOS.A